viernes, 2 de enero de 2015

Crítica Snowpiercer (Rompenieves)


O lo que es lo mismo, Los Juegos del Hambre con una Katniss hombre, en un lugar menos bonito y con mucha, muchísima más sangre.

Hacía tiempo que una película de ficción original (ni reboots, ni remakes, ni secuelas ni nada) no me dejaba con tan buenas sensaciones. Snowpiercer nos presenta un futuro apocalíptico, donde los humanos inventaron una "solución" para enfriar el planeta y combatir el calentamiento global. Lo que ocurrió es que se pasaron de largo y el mundo quedó completamente congelado, menos un tren. Un tren que un tal Wilfrod inventó para salvar a la especie humana. Y cuando digo "especie humana" lo hago con todas sus cosas malas. Aquí es donde empieza la gran crítica social de la película, con un tren repartido en clases, donde delante van los ricos y detrás los pobres, ejemplificando muy bien como está de mal montada la sociedad actual: detrás van los convictos y los sintecho, después viene la prisión y la seguridad, luego los abastecimientos como el agua o la comida, luego la educación primaria, después los trabajos medios (sastre, médico, etc), seguidos de la burguesía y la clase alta en un vagón lleno de lujos y, al final, el dictador, el piloto, Wilfrod.

Pero como era de esperar, a los pobres no les gusta esta situación y, 17 años después de la congelación planetaria, empiezan una revuelta que les llevará desde el último vagón a la cabina del conductor. Lo conseguirán? A la cabeza del reparto tenemos a Chris Evans que me ha sorprendido gratamente. Acostumbrado a verle en papeles de chico bueno, es una revelación verle en un auténtico antihéroe, que lucha por los suyos pero todo a partir de su supervivencia individual, con un pasado turbio y que no duda en cortar el cuello a quién se enfrenta a él (muy a favor de esa barba que lleva que ayuda mucho a creerte el personaje). Además, hay secundarios míticos como Ed Harris, Jamie Bell o una irreconocible Tilda Swinton.


Con estas bases se construye el relato, que no tarda en mostrarte su crudeza en todo su esplendor, ya sea viendo las escenas macrabas que salen de la rebelión o asimilando la desigualdad que impera en el tren (y que no puedes evitar comparar con el mundo real). En el avance de Evans y su revolución, vemos también otros tics de la sociedad acomodada o de una dictadura, como la manipulación de la educación de los pequeños o que los lujos sólo se las pueden permitir los ricos.

Sin embargo y a pesar de todas las cosas buenas que tiene la película, el final te deja con un sabor agridulce. Dulce por la emotividad que desprende y los giros de guión al más puro estilo Fincher que tiene, pero agrio por un desenlace demasiado abierto que te deja con muchas preguntas sobre qué pasa o pasará. Aparte de que eso siempre te toca las narices, en este caso es más grave porque notas que no tiene ninguna coherencia con el tipo de película que ha sido hasta entonces.

En definitiva, una buena película que ,con una gran historia y crítica social, es capaz de superar sus puntos bajos, con un Chris Evans estelar (mucho mejor que en cualquier de sus comedias, por ejemplo) y mucha acción, pero no para todos los públicos.


Nota: 7/10

1 comentario:

  1. Parece que estamos todos de acuerdo con esta película. Nos sorprendió para bien.
    Ahora incluyo tu enlace en mi crítica, que no había visto la tuya.

    Saludos compañero!

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