O como las secuelas también pueden ser buenas: saliendo 4 años después y cambiando totalmente la historia.
Ciertamente, lo único que conserva esta película de la primera entrega (Pitch Black) son los 3 supervivientes (que pronto se convertirán en 2). Las Crónicas de Riddick abandona esa sensación de thriller y terror de la primera para dar más espectáculo y un toque más emotivo descubriendo los orígenes de Riddick, conviertiéndolo todo en un asunto personal para el protagonista, obsesionado en que le dejen en paz. Además, los malos esta vez no son monstruos, sinó una especie de imperio intergaláctico llamado Los Necróferos cuyo líder es Lord Mariscal, presuntamente immortal, al que sólo tiene miedo a una cosa: la raza de los furianos (qué casualidad, la raza de Riddick), ya que una profecía dice que será un furiano quien lo matará.
Sin embargo, antes de que Riddick y Lord Mariscal se las tengan cara a cara, Riddick va a buscar el último superviviente de Pitch Black, la chica ahora llamada Kyra, encerrada en una prisión de máxima seguridad en un planeta lleno de lava durante el día y extremadamente frío durante la noche. Seguramente ésta es la parte más auténtica de la película, con los dos protagonistas y un grupo de presos intenando fugarse de la cárcel, dando una sensación de claustrofóbia dentro de ella y dinamismo fuera, las escenas de acción se suceden y tú disfrutas como un niño (atención cuando suben por la ladera de las montañas).
Luego es cuando todo se empieza a torcer un poco, Riddick y Kyra son capturados por Lord Mariscal y sus soldados, dando lugar a la batalla final entre el líder de los Necróferos y Riddick. Una pelea que es una especie de Matrix a lo cutre, intentan hacerlo espectacular pero la verdad es que deja mucho que desear.
Sobre los actores, Vin Diesel y Alexa Davalos como Riddick y Kyra convencen. Los malos también cuentan con grandes actuaciones en sus filas, como la de Karl Urban (como capitán de los Necróferos) o Colm Feore (el Lord Mariscal). Como contrapunto, tengo que darle la nota negativa a la novia del personaje de Karl Urban, la actriz Thandie Newton que da vida a Lady Vaako, insulsa. Quizá sea porque no aguanto este tipo de personajes (me recuerda mucho a Fish de la serie Gotham, otra que tampoco aguanto).
Sea como sea, estamos ante una película espectacular y muy entretenida, que tiene secuencias tan bellas como trepidantes, que dejan en un segundo plano el final tan flojo que tiene. Muy recomendable para las tardes de domingo y poco más.
Nota: 7/10
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