La industria televisiva danesa vive un momento de oro, 1864 es uno de los muchos productos de calidad que están saliendo de allí. Borgen o Bron/Broen son otras que han tenido buenas críticas por todo el mundo.
1864 cuenta la historia, a base del relato de una de sus protagonistas, de la guerra que tuvo Dinamarca contra Alemania (entonces era Prusia) a través de un grupo de amigos: Didrich (hijo del Barón del pueblo y militar), Inge y los hermanos Peter y Laust (de familias pobres) que, juntos, forman un triángulo amoroso bastante raro. Dinamarca vive en un momento de fervor nacionalista obsesivo, ciego de sus fuerzas reales, por lo que autoreclaman suyo un territorio de Alemania, provocando así la guerra.
Didrich, Peter y Laust se van al ejército, al gran ejército danés que los políticos están dispuestos a sacrificar desde sus despachos por la victoria final, y así empieza aquí en la miniserie una autocrítica de como se comportó su país en aquellos tiempos centrada en la figura de Monrad, el idealista que empezó toda aquella ola nacionalista. Por contrapunto, los alemanes cuentan en su dirección con un tal Otto von Bismark, uno de los tiranos más grandes de la historia, pero calculador, estratega, sabio y magnífico político. La verdad, a mí la serie me hubiera interesado mucho más si hubiera estado basada en Bismark, que sólo con un par de escenas desprende un carisma mucho más grande que Monrad o los hermanos protagonistas.
Sin contar nada de lo que sucede me gustaría comentar un par de cosas: parece que los daneses comparten la tradición española de incluir un alto grado de escenas de sexo en sus producciones pero, por lo menos en este caso, un poco más duras. Respecto a los personajes secundarios, quiero destacar a Johan, una especie de brujo, que por un lado le da mucha salsa a la serie, pero por otro hace perder el realismo que quiere transmitir, así que no sé si salen ganando o perdiendo con él. Por último, las escenas bélicas están bastante bien construidas, se nota que los daneses se han dejado un pastón.
En definitiva, 8 episodios muy buenos, los dos primeros bastante lentos pero poco a poco va arrancando, y con una calidad de imagen y técnica altísima. Sin duda, aquí deberíamos tomar ejemplo para que producciones como Águila Roja no sea lo mejor que podemos dar.
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