Y continuamos con esta saga interminable sobre carreras de coches con menos carreras de coches en cada película que sale.
Vin Diesel (Dom), Paul Walker (Brian) y compañía siguen con sus aventuras locas llenas de gasolina y chicas guapas, aunque esta vez no lo hacen por dinero, ni por fama, ni porque algún mafioso va detrás de ellos, si no para proteger a su familia. Un hecho diferencial que dota al relato de una motivación más personal y verdadera pero que luego te hace sufrir ciertos momentos insulsos entre los personajes (porque, afrontémoslo, el guión de Fast&Furious nunca ha sido el punto fuerte). La nueva incorporación esta vez es la británica Nathalie Emmanuel dando vida a Ramsey, una pirata informática que entra en el grupo como anillo al dedo y le otorga una pizca de feminidad que no le viene nada mal (y con eso no me refiero a la escena de la playa).
A partir de allí, la trama de la película se esfuerza en encontrar más excusas tontas para crear situaciones inverosímiles o absurdas (depende del punto de vista de cada úno) con los coches, esta vez saltando desde un avión o desde un rascacielos. La acción, como siempre es trepidante y los secundarios más importantes cumplen sobradamente, mención para The Rock y Jason Statham.
El único pero que le puedo poner es el largo metraje que tiene la película, que ves como el grupo se marca un final a lo "Señor de los Anillos" y tiene que afrontar una misión detrás de otra sin que veas cuándo van a lograr su objetivo. Sinceramente, con 20 minutos menos creo que todo habría sido mejor.
En definitiva, Furious 7 sigue con la línea de la saga de aumentar la espectacularidad de las secuencias en cada película aunque en ciertos momentos ya se puede notar el cansancio de esta franquícia que no haría nada mal en terminar ahora que aún está en la cresta. Entretenimiento sin secretos.
Nota: 6,5/10
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