Lo que más me gusta de la Guerra de las Galaxias original es que podría haber sido una película solitaria, sin secuelas ni precuelas, y hubiera sido igualmente una notable obra de ciencia ficción. Básicamente porque cuenta un relato de cómo unos héroes muy distintos entre ellos (Luke, Leia y Solo) unen sus fuerzas para destruir la Estrella de la Muerte y así derrotar el malvado Darth Vader. Si nos fijamos en el desarrollo de la película, podemos ver una presentación, un conflicto y el desenlace que, salvo por la huida de Vader, podría considerarse como un fin cerrado. Pero bueno, como todos ya sabemos, la película tuvo tanto éxito que nos han regalado 5 más (de momento).
Pasando a analizar un poco más a la película en sí, cosa difícil intentar aparcar tu nostalgia, la verdad es que la primera media hora (después del asalto inicial de las fuerzas imperiales) es bastante aburrida. R2D2 y C3PO son entrañables pero simplemente lo hacen todo demasiado lento. Por suerte, en el camino de Luke Skywalker llegan Obi Wan Kenobi y Han Solo para acelerar el relato.
Lo mejor, sin duda, es el final con el ataque de los rebeldes a la Estrella, un tercer acto ya mítico en la historia del cine que sólo paga los pobres efectos especiales de la época, aunque para entonces fueron una verdadera revolución.
De los personajes me quedo con Han Solo, el único que experimenta algún tipo de evolución en su personalidad, pasando de ser un mercenario asesino de sangre fría a ser un compañero leal de Skywalker. Y pensar que Harrison Ford no era ni la primera, ni la segunda, ni la tercera opción para el papel....
En definitiva, Star Wars es una verdadera aventura intergaláctica con personajes memorables y villanos aún más míticos. Le cuesta arrancar pero una vez ya tienes todas las partes en marcha es un no parar. Recomendable para toda la familia y para todas las épocas.
Nota: 8/10
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