Ni un Liam Neeson desaprovechado ni una encantadora Gemma Arterton salvan esta película sobre Dioses y monstruos de la mitología griega. Es lo que tiene cuando seleccionas un actor de la talla de Sam Worthington como protagonista.
Furia de Titanes es una mezcla de cuentos de los Dioses clásicos (la caída de los Titanes, Zeus vs Hades, Perseo, Medussa, etc) que sirven a la historia como más les conviene a los guionistas. Obviamente, tal pupurrí de materia prima logra su objetivo de confundirte y hacerte perder el interés en la trama.
No sólo eso: los efectos especiales dan pena (habéis visto el aspecto del Kraken y Medussa?), los secundarios, menos Flemyng y Fiennes, son totalmente olvidables (bueno y el protagonista también), y se nos presenta a los Dioses del Olimpo sin mayor importancia que la voz de Zeus.
Quizá la idea original de Furia de Titanes no era mala del todo, pero su ejecución y la mayoría del reparto que posee hunden esta película que no hay por donde salvarla. Sólo algunas escenas de acción, como la de los escorpiones, merece apuntar tus ojos hacia la pantalla. Recomendada solamente para gente que se aburre mucho.
Nota: 4/10
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