El Último Samurái podría entenderse de varias formas: como una película bélica, ya que tiene un par de batallas espectaculares; anti-belicista, porque cuenta los horrores que viven los soldados y los traumas que les persigue durante el resto de su vida; y, por último, podría considerarse también como un homenaje a la cultura Samurái.
Y esa seguramente es mi parte favorita de la película. En la historia del cine, ya hemos tenido multitud de filmes de guerra, desde la Segunda Guerra Mundial hasta el Imperio Romano, El Último Samurái no aporta nada nuevo al género en ese sentido. Sin embargo, durante la captividad del personaje de Tom Cruise (muy bien en su papel, por cierto), la película se toma un respiro muy acertado para contarnos la vida y las costumbres de la sociedad Japonesa antigua, basada en la cultura Samurái, y logra cautivarte des del primer instante.
Por otro lado, el filme no falla en ningún sentido, quizá algún secundario resulta poco creíble o molesto, y el final es un poco "americanado", pero es lo único malo que puedo decir, y no me importa mucho en la valoración final.
En definitiva, El Último Samurái es la unión entre varios géneros cinematográficos que se sustituyen armónicamente en esta película para firmar una apuesta de entretenimiento muy notable, que contentará a los que quieran saber un poco más de esta gente y a los que sólo miran por puro espectáculo. La recomiendo a todos.
Nota: 7,5/10
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