Una película que pasará a la historia por su gran trama y la calidad de su guión. No! Pero por lo menos entretiene.
Jason Statham vuelve a meterse en la piel de un hombre normal que casualmente sabe conducir coches como un profesional y además sabe artes marciales. Él se ve metido en un complot donde matan a su mujer delante de él y lo culpan, acabando así en prisión. En esa prisión conoce a la jefa del lugar, Hennessey (Joan Allen), que hace un papel muy parecido a lo que hacía durante la trilogía Bourne pero mala. Ella le cuenta que puede darle la libertad si participa en las Death Race y gana 5 carreras, unas carreras a vida o muerte que parecen sacadas del Mario Kart en carne y hueso y con bastante más sangre.
Para variar, puedes encontrar todos los clichés que tiene una película de coches mortales: los ayudantes frikis, la chica guapa, el malo chulo que al final se vuelve bueno, el otro malo más malo, etc. Pero no todo son cosas malas, como he dicho, la película tiene un ritmo elevadísimo y empieza a tope desde el minuto 1, por lo que el metraje se te pasará muy rápido. Además entretiene y posee las suficientes escenas de acción necesarias para no dormirte. Y tiene a Jason Statham, claro.
Sé que mis críticas acostumbran a ser más largas, pero qué esperáis de una película así? En definitiva, explosiones y chicas guapas para pasar el rato. Recomendado para los fans de la acción, pero ni de coña compraría una entrada para verla al cine.
Nota: 5/10
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