En otro de mis guilty pleasures, Nick Fury reúne a los Vengadores. Ay, perdón, Samuel L Jackson construye un equipo de baloncesto de instituto (si te lo paras a pensar la historia es similar en las dos películas).
La trama en sí no es nada del otro mundo y ya se ha visto mil veces en el cine deportivo: un gran entrenador se encuentra con un grupo de jóvenes, normalmente dados a la mala vida, y a base de disciplina y trabajo los convierte en buenos jugadores y mejores personas. Nada nuevo hasta aquí.
Sin embargo, Coach Carter tiene muchos elementos que la hacen especial: unos personajes con los que es fácil empatizar, un buen ritmo, partidos entretenidos y un diálogo rápido y espontáneo. Respecto a los actores y sus interpretaciones, Samuel L Jakson está inmenso pero los secundarios no lo acompañan, sobretodo algunos jugadores como Junior, algunas expresiones suyas hacen daño a los ojos.
En definitiva, una película que no tiene mucha historia aparte de la moraleja que te dan al final: todo es posible si trabajas duro y eres buena persona. El resto es simple relleno para producir una cinta de fácil digestión, que te hará pasar una buena tarde, pero que a los dos días ya habrás olvidado.
Nota: 6/10
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