jueves, 26 de febrero de 2015

Crítica Agent Carter Temporada 1

O la constatación de que todo lo que toca Marvel lo convierte en oro. En serio, ese Kevin Feige es un genio. Agent Carter tenía el riesgo de convertirse en un simple trámite, algo con que los fans podrían distraerse hasta la vuelta de Agents of SHIELD. Por suerte para nosotros, los chicos de Marvel han logrado crear una miniserie con su propia historia e identidad que, gracias al carisma de Hayley Atwell, aguanta su lugar entre los grandes del MCU.

Planteando las motivaciones de la protagonista en la "muerte" del Capitán América, Peggy se ve en medio de un juego de espías entre la SSR, los rusos y Howard Stark, y aquí viene el primer gran acierto de la serie: al tener sólo 8 episodios el ritmo es altísimo, casi siempre estás en escenas de acción o de espionaje y sólo te dan un respiro para tratar un poco las relaciones entre los personajes. Hablando de ellos, tanto los actores como sus interpretaciones están a muy buen nivel, aunque el protagonismo casi absoluto cae en Peggy y Hayley Atwell. Para hacerle compañía, en Agent Carter nos presentan a Jarvis, el mayordomo de Stark, una fuente de humor británico muy necesaria en la serie. Sin embargo, me gustaría que la presencia de Howard hubiese sido más abundante, ya que tanto el actor como el personaje son muy interesantes y le daba un plus a las escenas donde salía, pero supongo que no lo podemos tener todo.

Con tanta acción también han tenido que sacrificar cosas, la trama a veces puede resultar confusa, ya que en un episodio los rusos son los malos, en otro Howard, en otro unos agentes sin voz, y como el ritmo no baja no te da tiempo a asimilar las cosas como es debido.

Por suerte, en el último episodio se liga todo bien, sale algún cameo genial y queda la puerta abierta para una segunda temporada, aunque sinceramente y viendo las audiencias no creo que ocurra (cada semana iban bajando poco a poco).


En definitiva, una serie muy entretenida y rellena de acción, con una Hayley Atwell que se come la pantalla y patea todos los traseros que se plantan delante. La ambientación es fantástica y la presentación de la sociedad de los 40 es correctamente retratada. 8 episodios es el número perfecto para la miniserie.

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