jueves, 20 de noviembre de 2014

Crítica True Detective Temporada 1


Menuda sorpresa. Los rumores que nos llegaban desde Estados Unidos semanas antes del estreno de True Detective decían que se trataba, posiblemente, de la mejor serie desde Los Soprano. Eso es muy gordo ya que estamos hablando de la mejor serie de la historia, la que lo empezó todo, la que demostró que la tv también puede hacer cine de calidad a su manera. Así que me la apunté en el calendario para poder seguirla detenidamente. Antes me informé un poco, claro.

"A ver, cuáles son los actores.... Matthew Mcconaughey? Pero ése no se dedicaba a las comedias baratas? Y Woody Harrelson.... bueno, lo tengo visto pero no recuerdo ninguna película así muy buena...."

Ese era el panorama. Pero bueno, dejemos los dichosos prejuicos y vayamos a ver la serie.

Pues menuda serie chicos y chicas. True Detective es la historia de un caso en la que dos detectives se las tendrán con prácticamente medio estado de Louisiana, la Iglesia y una banda motera. En el primer capítulo quizá paga el ritmo lento que mantiene la serie aunque concuerda con el contenido, ya que sus diálogos, fotografia y trama necesitan esa lentitud para poder saborearlos bien. Además, para acompañarnos en la aventura, los guionistas nos ponen a dos grandes personajes: uno, Rust (Mcconaughey), ex-infiltrado de narcóticos, está medio ido de la olla y tiene una filosofía sobre la vida cuanto menos curiosa. El otro es Marty (Harrelson), aparentemente un padre y detective cualquiera, pero mucho más oscuro de lo que aparenta.

Así, los primeros 6 capítulos de los 8 van acelerando poco a poco. Alternando entre el pasado, avanzando cronológicamente, y las entrevistas a Rust y a Marty en el presente , nos van contando la historia. Con unos acentos que ni los propios americanos entienden, unas localizaciones mágicas y tenebrosas, y unos actores de reparto que los ves 2 minutos y te encantan, True Detective es una serie que se disfruta si lo sabes valorar, tienes paciencia e intentas buscar cada detalle que se te haya podido escapar. Para la historia quedarán secuencias memorables como la "guerra" en la selva del narcotraficante, la secuencia de 5 minutos sin interrupciones de cámara de Rust escapando de una casa o los interrogatorios a los 2 detectives.

En el capítulo 7, el penúltimo, la línea que hemos seguido desde el pasado se une a la del presente. Realmente, en este episodio no pasa nada más allá de reagrupar la historia y los personajes y prepararlos para el asalto final del último capítulo. Y menudo capítulo. Rust y Marty sudan sangre (lietralmente) para resolver el caso, envueltos en un sitio que te pone la piel de gallina y un asesino a la altura de la historia.

Sin embargo, hay cosas que no me gustaron. No sé si fue queriendo o no, los jefes de True Detective fueron alimentando una supercultura alrededor de la serie. Un interés que desde el final de Lost no se veía. Colgaban imágenes o insinuaban cosas que hacía volver loca a la gente, que se imaginaba conspiraciones, historias familiares, giros de guión y demás. Pero, al final, sólo resultó ser una historia de 2 detectives tratando de coger un asesino. Porque ese es el argumento de True Detective. No me malinterpretéis: como final detectivesco, es de los mejores de la historia, pero creo que se alimentó una leyenda alrededor de la serie que no venía a caso.

Bah, a quién intento engañar. Esta serie es una pasada!

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