Guillermo del Toro se sumerge en el mundo de los monstruos con aspecto jurásico y muestra todo su arsenal de recursos técnicos entre efectos visuales y de sonido. La historia no da más de sí: en un futuro no muy lejano aparecen unos monstruos des del fondo del mar por lo que la humanidad tendrá que fabricar unos robots gigantes para combatirlos.
Y aquí se termina lo bueno de la película. Para cada momento épico entre robots y monstruos hay otro con un guión y diálogo terrible, los protagonistas son aburridos y a duras penas nos crean simpatía, los secundarios son totalmente olvidables y todo resulta demasiado conveniente. Y no vamos a decir nada sobre el parecido más que razonable con todos los animes japoneses con robots y monstruos (Mazinger Z, Evangelion, etc).
Pero como hay temporada de verano y los estudios cinematográficos sacan a pasear todos sus blockbusters, tengo que reconocer que Pacific Rim es un gran éxito. Sumando a su magnífico aspecto visual tenemos unas buenas secuencias de acción que llenarán el apetito del gran público y de los geeks especialistas en el tema por partes iguales.
Desafortunadamente, poco más se le puede pedir a la película: buen cine de palomitas y gran entretenimiento durante dos horas, ojalá se hubieran trabajado un poco más el guión, pero cuando ves a un robot gigante jugar a béibol, con un barco petrolero como bate, apuntando a la cabeza de un monstruo gigante submarino, poco vas a protestar.
Nota: 7/10
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