domingo, 6 de septiembre de 2015

Crítica Acero Puro (Real Steel)


Una de esas películas para devorar palomitas, Real Steel te entretendrá durante un par de horas y poco más.

Hugh Jackman interpreta a Charlie, un ex-boxeador que ahora se dedica a la lucha de robots para poder vivir, el problema es que hasta entonces la vida sólo le ha dado sustos. Su historia, sin embargo, da un giro de 180 grados cuando tiene que pasar unos meses con su hijo (en custodia de su madre) y descubren un robot tirado en la basura.

Aunque Acero Puro contiene elementos para montar una buena historia (el reencuentro padre-hijo, la llegada a la cima de un boxeador fracasado, un mundo futurista, etc) en realidad se queda a medio camino de todo. Después de la primera hora de filme ya no te importan los personajes y sólo quieres que lleguen las luchas para entretenerte un poco. Por cierto, el niño no puede ser más repelente.

Sin embargo, hay cosas positivas: ver a Hugh Jackman siempre se agradece, tiene un final digno y emocionante y la banda sonora suma a la película. También me gustó ver un mundo futurista sin excentricidades (Juegos del Hambre?) donde lo que cambia son, simplemente, los avances de la tecnología y la robótica.

En definitiva, Real Steel te regala un par de horas de diversión de calidad, que va de menos a más y que termina por todo lo alto. Lástima que la historia no está suficientemente trabajada para evitar olvidarla al rato de salir del cine.

Nota: 6/10

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