Vuelve Ethan y sus aventuras "imposibles". Por suerte para nosotros, Nación Secreta es una digna secuela que cumple con el objetivo de entretener al público pero que abandona toda necesidad de una trama un poco trabajada.
Sin embargo, tiene elementos interesantes, entre ellos la nueva incorporación al reparto: Ilsa, interpretada por Rebecca Ferguson, una agente británica encubierta dentro de la organización maligna El Sindicado (una especie de HYDRA en el mundo MI). La actriz, y su personaje, hacen un gran trabajo manteniendo al espectador preguntándose de qué lado está ella, sin duda el gran acierto de la película.
Para lo demás, tenemos lo mismo de siempre: Tom Cruise sigue paseando su carisma como estrella del cine que es, Simon Pegg está sensacional como siempre y, en esta ocación, tiene oportunidad de hacer mucho más. Me ha decepcionado un poco el personaje de Jeremy Renner, utilizado muy por debajo de sus posibilidades. El malo en esta ocasión se llama Solomon Lane, interpretado por Sean Harris, el líder de El Sindicato. Empieza relativamente bien, pero cae más y más en los tópicos del villano de turno a medida que avanza el filme.
En definitiva, una película que va de menos a más, sobretodo en ritmo y en interés (porque la presentación es tan confusa como caótica, y no tienes idea de lo que está pasando). Cruise y Pegg son memorables como siempre y te aseguran un buen rato de entretenimiento. Recomendable.
Nota: 7/10
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