miércoles, 12 de agosto de 2015

Crítica True Detective 2T



Durante toda la temporada me he sentido como el defensor del Diablo intentando encontrar cosas positivas de esta edición de True Detective. Bajo a mi entender, y lo podéis encontrar en la crítica que hice del 2x01, teníamos que encarar esta nueva temporada como si se tratara de una nueva serie, y que eso iba a ser bueno para evitar comparaciones o deja vus.

Sin embargo, vistos ya los ocho episodios, creo que a los creadores de la serie les ha salido el tiro por la culata: han querido distanciarse tanto del contenido original que nos hemos encontrado con algo muchísimo peor y que no ha conseguido salvar las comparaciones, sino todo lo contrario. Aquello que hizo grande la primera temporada (personajes carismáticos, actuaciones magníficas, una historia simple pero interesantísima, un asesino despiadado, etc) y, sobretodo, especial (una fotografía penetrante y tenebrosa, las lecciones filosóficas de Cole, el Rey Amarillo, la família involucrada... la mitología en general, vamos) han sido suplantadas por un intento de novela negra que se ha quedado a medio camino.

Para cada punto positivo que tiene la segunda temporada soy capaz de encontrarle uno negativo: Colin Farrel y Vince Vaughn están espléndidos (mis favoritos para los Emmys), mientras que Rachel McAdams se esfuerza pero simplemente no pega en el papel. Lo de Taylor Kitsch ya es para enviarlo a prisión, es que al hombre se le ha olvidado cómo mover los músculos faciales? La fotografía y la banda sonora no están mal, diferentes a la primera temporada, pero al ser un lugar distinto se entiende el cambio. Lo que no perdono es que cada episodio parecía distinto en ese apartado (un capítulo con jazz, otro con techno, otro con una cosa rara...), y eso será uno de los motivos por los que olvidaremos esta temporada tan rápido: la falta de identificación.

Antes he mencionado el asesino despiadado como un acierto que tuvo la primera temporada. Ahora voy a añadirle "una víctima con la que es fácil de empatizar". En esta temporada tenemos a Caspere como víctima y motivo de investigación, un hombre corrupto que no nos importa lo más mínimo que se haya muerto. Pero si esta temporada ha fracasado ha sido, sobretodo, porque.....

ES MUY LIADA ! En serio, puedes ver hasta el último capítulo que seguirás sin entender quien es quién es esta historia. Porque no sólo hay 4 protagonistas, sino que todos los que están a su alrededor están involucrados: policías, alcaldes, rusos, mexicanos, y un largo etcétera. En serio, creo que para entenderlo todo hay que verlo, como mínimo, tres veces. Y eso es la comparación más odiosa con la primera temporada: en esa ocasión sólo estaban Marty, Cohle y la familia que lo llevaba todo y, más concretamente, el único asesino. Pero no quiero terminar con mal sabor de boca y voy a rememorar secuencias destacables como el tiroteo con los narcotraficantes, la fiesta o la venganza del personaje de Vaughn.

En definitiva, una serie que ha querido distanciarse tanto de su primera temporada que ha perdido su identidad casi por completo, que unos buenos Farrell y Vaughn son de lo único rescatable y que, seguramente, olvidaremos todo en unas pocas semanas. Ahora a esperar la tercera temporada a ver si los jefes de la HBO vuelven a sus cabales.

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