miércoles, 17 de diciembre de 2014

Crítica El Hobbit: La batalla de los 5 ejércitos


Bueno parece que finalmente Peter Jackson ha bajado al mundo de los mortales y ha hecho una película de "sólo" dos horas y veinte minutos. Tan difícil era?

Y ha sido lo mejor porque le ha dado a la película esa sensación de compactación y ritmo que fallaban en las 2 anteriores, empezando sin preámbulos ni tonterías con el ataque de Smaug sobre la ciudad, a saco. Allí es donde se ven los primeros planos espectaculares del filme, con Bennedict Cumberbatch disfrazado de dragón arrasando la ciudad, salvada en el último momento con un método poco creíble pero bueno, estamos ante una película de fantasía, no? Y sigue siendo épico.

En la ciudad nos reafirman a uno de los capos, Bardo, que se convertirá en el "jefe" del bando de los hombres, ya que nuestro querido Stephen Fry (anterior Gobernador) no corre mucha suerte en el ataque. Su segundón, que sobrevive, es el recurso humorístico que sustituye a Gimli en esta trilogía. Unas dosis de humor que, la verdad, sientan bastante bien entre tanto drama.

Cuando el tema dragón está zanjado, pasamos a resolver la situación de Gandalf. Es entonces cuando vemos algo que faltó en El Señor de los Anillos: ver a Elrond, Saruman y Galadriel peleando. Carajo, si esos 3 podrían haberse cargado a todo el ejército de El Retorno del Rey solitos, dónde estaban? Supongo que hubiera sido demasiado aburrido. Además, también sirve para terminar de desenmascarar al villano, un villano que conocemos desde hace 6 películas (Star Wars ha hecho mucho daño).

Es entonces cuando la película se toma un minirespiro para reagrupar a todos y presentar sus posiciones respecto a la montaña y el tesoro, y es en esta parte cuando se destacan las actuaciones individuales de los actores. Siguiendo a los siempre magníficos Martin Freeman e Ian McKellen como Bilbo y Gandalf, tenemos que resaltar a Richard Armitage (Thorin) como Rey vuelto loco por el poder al más puro estilo Gollum, a Lee Peace (Thranduil) como Rey elfo arrogante que sólo mira por él y a Luke Evans (Bardo), el humano, el único que parece tener dos dedos de frente ante tanto egoísmo.


Es justo entonces, cuando empezabas a estar cansado de tanta negociación y politiqueo, que llegan los orcos, a tiempo para tener a los enanos, hombres y elfos reunidos para ponerse de acuerdo y enfrentarlos, menuda casualidad (al loro con el primo de Thorin, queremos una película sóla para él). La batalla es espectacular, lo mejor de la película de largo, y tiene algunas secuencias inolvidables, como la formación enana y su (involuntaria) colaboración con los elfos o el troll-ariete, el mejor ariete que nunca se ha visto en una película. Cuando lo veáis sabréis porqué.

El hecho de que la batalla sea tan espectacular, para mí, supone un pequeño problema para la película, ya que ocurre antes del desenlace, que se sitúa en unas colinas con unos pocos protagonistas. No quiero dar muchos spoilers a los que aún no la han visto, pero digamos que después de ver a miles y miles de enanos crujiendo orcos, por muchas piruetas que haga Legolas (alguien se imagina un Legolas vs Capitán América?) ver un par de duelos sobre hielo se me queda un poco corto, pero eso no es culpa de la película sinó del libro (que, por cierto, confirmo que la película ha sido muy fiel en ese sentido). El momento dramático es muy intenso y los actores dan la talla pero, por algún motivo que se me escapa, no he llegado a empatizar tanto con los protagonistas como en El Señor de los Anillos, que casi querías saltar a través de la pantalla a ayudarlos. Por cierto, ya sabemos de dónde sacó el autor de Juego de Tronos su fascinación por matar protagonistas.

Todo esto pasa en 2 horas aproximadamente, y luego viene el final. Ay el final. Por momentos daba la sensación de que Peter Jackson volvería a hacer los 8 finales de ESDLA pero sólo lo ha dejado en 20 minutos, podemos estar satisfechos. Aquí, sin hacer grandes descubrimientos, tenemos que dar crédito al director y a los guionistas porque han ligado de forma magistral el final del Hobbit con la primera trilogía.

En definitiva, de largo la mejor película de las 3, muy intensa y trepidante. Te ayudará que te gusten las guerras, porque hay mucha, pero sinó siempre te quedará ese triángulo amoroso que no compras ni a la de 3 con Legolas-Tauriel-Kili.


PD: O sea, en un momento que el mal acecha, Gandalf reúne un Rey sin trono con un hobbit, que junto a una compañía irán a buscar un objeto de gran valor que corrompe a su poseedor, para terminar en una mega batalla final contra orcos y trolls que se resolverá con pájaros. A nadie le suena?

Nota: 8/10


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