Me gustan mucho los retos que tienen que afrontar los héroes Marvel que aparecen en Netflix: como Daredevil tiene una voluntad de hierro pero sólo un cuerpo "normal", Kingpin pone a prueba su aguante físico. Mientas, como Jessica Jones tiene superfuerza pero está destrozada en su interior, Kilgrave pone a examen su salud mental.
Y, hasta aquí, terminan los paralelismos entre las dos series. Sí, puedes observar el mismo tono y ambientación, basados en la extrema realidad de la Nueva York post-Vengadores, pero mientras Daredevil es una serie policíaca con aires ninja, Jessica Jones es un thriller psicológico con un toque noir.
Dicho ésto, Jessica Jones cuenta la historia de una chica que recibe superfuerza (entre otras cosas) en un accidente de tráfico e intenta ganarse la vida como detective privado. El problema surge cuando Kilgrave (también conocido como The Purple Man), un hombre con el poder de manipular la mente de la gente para que hagan lo que él quiera, se obsesiona con Jessica y se dedica a hacerle la vida imposible.
Los 2-3 primeros episodios de la temporada empiezan con fuerza, dando pistas de lo peligroso que es un poder como el de Kilgrave. Además, nos enamoramos fácilmente de Jessica y, sobretodo, de Krysten Ritter (la actriz que la interpreta). El casting de Jones ha sido sencillamente perfecto y rectificaré mis dudas iniciales que me suscitaba la actriz. El antagonista es interpretado por David Tennant, que ha sido capaz de volver a un personaje unidimensional como Kilgrave en un villano interesante, con un pasado turbio y un humor inglés muy ácido. Pero cuando la serie despega de verdad es a partir del episodio 8 (seguramente mi capítulo favorito de la temporada), a partir de ese punto sólo hace que ponerse más interesante.
Obviamente, no todo son rosas para la serie: entre los episodios 4 a 8 hay un bache de ritmo que te hace llegar a mirar el reloj. Los personajes secundarios, aunque al final los acabas comprando, no te interesan lo más mínimo, seguramente debido a que sus historias no son contadas hasta el final de la temporada. Y, por último, esperaba alguna cosa más retorcida de Kilgraves. Sí, hace muchas y muy malas, pero quizá mis expectativas estaban demasiado altas.
En definitiva, considero que Jessica Jones sólo está medio punto por debajo de Daredevil (prefiero el rollo ninja al thriller psicológico) pero que lleva la franquícia Marvel al siguiente nivel: tiene un desarrollo de la personalidad de sus protagonistas que no tiene ninguna otra película o serie (incluido Daredevil) de la marca y logra tratar temas duros como la violación o el asesinato con una gran dosis de realidad sin faltar el respeto a nadie. Jessica Jones ha sido un regalo para terminar el año y sólo hace que aumentarme las ganas de ver a los Defenders.
PD: En esta primera temporada se nos introduce a Luke Cage, el siguiente personaje Marvel en conseguir una serie en Netflix. Sencillamente perfecto. Fuerte, duro, pero también sensible y leal. Desprende buen rollo con sólo aparecer en la escena.
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